En una universidad, el profesor de la asignatura “Metodología de la investigación” dicta sus clases leyendo diapositivas durante toda la sesión. No permite preguntas, no promueve discusiones ni actividades prácticas. La evaluación consiste únicamente en exámenes escritos con preguntas de memoria. Los estudiantes trabajan de manera individual, no se fomenta el trabajo colaborativo ni se relaciona el contenido con su futuro profesional o con problemas sociales actuales.

Algunos estudiantes comentan que no comprenden del todo los temas, pero sienten que no hay espacio para expresar dudas. Otros, aunque obtienen buenas calificaciones, sienten que no están desarrollando habilidades reales ni sentido crítico. La clase se percibe como desconectada de la realidad y poco motivadora.